domingo, agosto 08, 2010

Punto y aparte

LA TRONERA
Antonio Gala
Punto y aparte

CUANDO, a raíz del Vaticano II, preguntaron al teólogo Rahner qué habría opinado Jesús de Nazaret de las conclusiones del Vaticano I, contestó que no habría entendido ni una sola palabra. Pero en el II, si bien no por demasiado tiempo, se reconoció el don carismático del pueblo de Dios, su don profético y la infalibilidad de la comunidad cristiana como tal. Con unas consecuencias definitivas: la Iglesia no es la jerarquía ni el clero; la Iglesia no es una organización canónica, ergotista y cargante; la Iglesia no es una sociedad perfecta y autártica, a la manera de los Estados; la Iglesia no es siquiera un conjunto de hombres que, como un partido político, tienen la misma fe; la Iglesia, o es una comunión fraterna fundada en la relación personal y comunitaria con Dios, que es Amor, o no es absolutamente nada. De ahí que sean superfluos documentos episcopales que asomen la oreja con 'protección eficaz del matrimonio y la familia', 'derecho a elegir la educación de los hijos', o 'la posibilidad de que los cristianos voten opciones moderadas de izquierda'(!) Hasta ahí podía llegar la riada.

Hoy domingo 8 agosto 2010, en El Mundo.
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Carpe diem,

Kristian.